sábado, 15 de agosto de 2015

El Barranco de Badajoz: el portal canario hacia "el más allá"


Se cuentan por millones los testimonios sobre el más allá y los fenómenos paranormales que describe el ser humano a lo largo de la historia. En Las Islas Canarias, concretamente en la isla de Tenerife, existen varias en el mismo lugar, hablo del famoso Barranco de Badajoz o de Chigüigüi (así se nombraba este lugar en la antigua lengua prehispánica guanche) y en los albores del misterio generado por el título de la entrada, se presenta ante el fiel lector, para ser descubierto. 


Situado en el municipio de Güímar y en épocas de la Conquista de Las Islas Canarias, este lugar siempre ha sido espacio para rituales religiosos y mágicos. Tiene una fisionomía bastante vertical, creando así un barranco muy profundo y al venir desde "la cumbre" de la isla, las precipitaciones hacen acto de presencia en época de lluvia. La vegetación es majestuosa y grandes cantidades de aficionados al senderismo y al rappelling se pasan por aquí con frecuencia.

Sin embargo, estos no son los únicos colectivos que se pasan a visitarlo, muchos creyentes en los fenómenos paranormales, en la santería, en la magia, son fieles y habituales en "el portal", así es designado por algunos. 

En el siglo XX, se comenzaron muchos trabajos de explotación en las redes de galerías para la búsqueda de agua en el subsuelo isleño. Se eligió este enclave (por razones lógicas que están en relación con lo mencionado anteriormente sobre la holografía del terreno), así que los mineros o trabajadores de las galerías comenzaron sus excavaciones. Un grupo de ellos estaban en faena cuando de repente, tras picar sobre una roca, del suelo brotaron unos seres blancos y con una luminiscencia alejada de lo humano. Los obreros salieron corriendo y horas más tarde volvieron al sitio donde habían presenciado este encuentro, la sorpresa fue que, todo lo que habían excavado, se encontraba de la misma forma antes de realizar los trabajos.


Luego tenemos testimonios de fotógrafos, ufólogos y vecinos que, confirman "la carga energética del lugar".

Yo por mi parte, he estado dos veces. Nunca he sentido ni visto absolutamente nada. A veces según como miremos y sintamos podemos percibir algunas cosas especiales. 

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